Presumo que no se busca el cierre de la misma; sin embargo, sí creo que se pretende la suspensión de los servicios médicos que proporciona. La perspectiva de un futuro sin los servicios médicos de la CCSS resulta desoladora, dado que esta institución ha asegurado la salud de numerosas personas, incluyéndome. No obstante, entre líneas, se percibe la intención de convertir a la Caja en una mera entidad recaudadora, con la intención de solo contratar atención médica privada para los asegurados. Esto, posiblemente, se operaría mediante el copago y otros métodos, lo que llevaría a un sistema donde las afecciones de los «clientes» (nótese el cambio de pacientes a clientes) serían atendidas de manera parcial, ya que la cobertura del seguro se limitaría a lo autorizado.
Esta tendencia se refleja en la detención de la construcción de nuevos hospitales, como el de Cartago, y en la pérdida de médicos especialistas debido a los bajos salarios que ha establecido el actual gobierno. Asimismo, se ha pasado de prometer la corrección del problema de las listas de espera como solución inmediata tras ganar las elecciones, a argumentar que tomaría meses y, finalmente, a la propuesta de que la solución se presentará hasta el próximo año, lo cual ocurriría dos años después de que se prometiera la solución inicial.
En el 2024, es poco probable que se busque mejorar los servicios médicos de la CCSS; más bien, la intención será convencernos de que esta institución es incapaz de hacer la prestación de servicios médicos y que sería preferible cerrarlos y contratar servicios privados.
Este planteamiento guarda similitud con la estrategia que se siguió cuando el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) disponía de su propia entidad constructora, la cual fue desmantelada gradualmente en favor de la contratación de empresas privadas. Basta con mencionar eventos como el caso Diamantes y la construcción de la vía en San Carlos para comprender las consecuencias de esa decisión.
Con este esquema, es posible que incluso la atención solo se brinde al asegurado directo, ya que los familiares podrían requerir un pago adicional para que sean atendidos y así acabar con el esquema solidario que evidentemente adversan
Dado este proceso, corremos el riesgo de perder los avances tan importantes en salud que nos igualaron con países ricos y desarrollados y que con toda seguridad ha sido el elemento principal que nos ha cohesionado para que esta pequeña nación sea democrática y, por un tiempo, fuera próspera.

Debe estar conectado para enviar un comentario.