El Campus Tecnológico del Siglo XXI

La Economía del Conocimiento ya es. No hay discusión. El problema es cómo nos enfrentamos a los desafíos que ya tenemos en frente y cómo nos adaptaremos (ingrese a este link para ver vídeo que le permitirá entender lo radical del cambio). Esto está pasando sobre las personas, pero además aplasta a las empresas y a las instituciones.
Tres elementos son vitales de entender, todas las personas deben conocer el fenómeno porque todos los empleos, desde el peón hasta el gerente general de los bancos y hasta los ministros y presidentes, se enfrentan ya a transformaciones inéditas y deben evolucionar.

Las empresas exitosas ya no son GM y parece que Microsoft tampoco empuja igual. Ahora suenan vientos extraños, todos quieren saber que es UBER porque todos quieren copiar su modelo. Se habla hasta de uberizar la empresa. Pero qué es lo que hay detrás de esto? Simple, lo que en el año 2000, el sociólogo que habla de la economía informacional definió, la Empresa-RED (ERED). Y que es UBER, una ERED.Mapa conceptual (propiedad intelectual)

A la par de la ERED también surgen las Organizaciones Colaborativas en RED (OCRED), donde sigue destacándose, como una de las más importantes, la organización mundial que lleva adelante el proyecto Linux (GNU/Linux para más precisión).

Entonces porqué se transforman los empleos? Porque las empresas del siglo XX no resisten contra las ERED y las OCRED, no saben como competir y menos entienden a las nuevas generaciones. Estas empiezan a descubrir, gracias al conocimiento al que tienen acceso ahora, que ya pueden organizarse y compartir. Así funciona la nueva economía y así serán sacadas las empresas e instituciones que no se adapten.

A nivel universitario, campo en el que me desempeño, tenemos fenómenos tan intensos y desafiantes como el que viven las empresas. Así, el reto es entender cuál es nuestro rol como institución de educación superior y cómo evolucionamos para podernos adaptar.

Ya la universidad centrada en sí misma no tiene ningún sentido y menos si piensa en ciencia y tecnología como materia pura, primero porque la ciencia y tecnología son el motor del desarrollo y este último solo se da si se alimenta con ciencia y tecnología apropiada para ello, donde el componente indispensable es la fusión con las TICs. Por eso desde mucho atrás, intuitivamente o porque se pudo concluir de estudios muy sofisticados, se empezó a hablar de Agromática y Mecatrónica, entre muchos otros.

Rifkin, en su último libro, indica que “El modelo de enseñanza autoritario y jerárquico empieza a ceder ante experiencias de aprendizaje basadas en la colaboración.” “Los estudiantes aprenderán juntos en una comunidad de conocimiento compartido.” “El objetivo es estimular la creatividad colaborativa, una experiencia muy parecida a la que viven los jóvenes al interactuar en muchas redes sociales de Internet.” “Pero en la Edad Colaborativa el aprendizaje se ve como un proceso colectivo y el conocimiento se concibe como un recurso que se comparte y está a disposición de todos, lo cual refleja la noción cada vez más extendida de que la conducta humana es profundamente social e interactiva.” “El aprendizaje-servicio se basa en el supuesto de que, a fin de cuentas, el aprendizaje no se da en solitario, sino que es una experiencia compartida y una empresa colaborativa que se plasma mejor en comunidades reales en las que la gente vive y trabaja.” “Este aprendizaje basado en la experiencia ofrece a los estudiantes una visión más amplia del aprendizaje entendido como aportación a la comunidad y no como la simple acumulación de saber en pro del interés personal.”

Hablando de Estados Unidos indica: “Con todo, los costes cada vez mayores de la enseñanza superior han provocado una crisis que ha hecho que millones de estudiantes sean incapaces de costearse una titulación universitaria de cuatro años, que puede costar hasta 50.000 dólares al año en las universidades no lucrativas de élite y hasta 10.000 dólares al año en las universidades públicas. Aun con la ayuda del Gobierno, los estudiantes que obtienen préstamos para estudiar se enfrentan a tener que arrastrar una deuda enorme hasta bien entrada la madurez.” “El conocimiento ha acabado «acotado» entre los muros de unas instituciones académicas cuyos precios de matriculación solo están al alcance de los más adinerados. Pero esto está a punto de cambiar. La revolución de Internet, que con su poder distribuido y colaborativo ha empezado a derribar unos muros que parecían inexpugnables por todo el abanico social, ha desatado toda su furia sobre la comunidad académica. El impulso para este asalto nace del mismo mundo académico y es alimentado por el mismo combustible que está revolucionando un ámbito tras otro: la lógica implacable de una revolución tecnológica multifacética que acerca los costes marginales a cero allá donde haya alguna vulnerabilidad que explotar.sebastian_thrun

La revolución del mundo académico nació en 2011, cuando Sebastian Thrun, un profesor de la Universidad de Stanford, ofreció por Internet un curso «gratuito» sobre inteligencia artificial (IA) similar al que impartía en la universidad. Puesto que en el curso de Thrun solían matricularse unos 200 estudiantes, Thrun calculó que solo se inscribirían unos miles en el curso por Internet. Pero cuando llegó el momento de impartirlo se encontró con 160.000 alumnos de todo el mundo —con la excepción de Corea del Norte— conectados por medio de sus ordenadores al aula más grande que se había congregado para un solo curso en toda la historia. «Me quedé de piedra», confiesa Thrun. Veintitrés mil de los alumnos inscritos acabaron el curso y obtuvieron el diploma.”

Thrun fundó una universidad en la red llamada Udacity con el objetivo de ofrecer una formación de primera calidad a todos los jóvenes del mundo, sobre todo a los de países en vías de desarrollo carentes de recursos y que, de no ser por Udacity, no tendrían la oportunidad de aprender a ese nivel. Y así empezó la carrera por ofrecer cursos en Internet.”

A la par también advierte que: “Como he dicho antes, el IdC está formado por un Internet de las comunicaciones, un Internet de la energía y un Internet de la logística que actua conjuntamente en un solo sistema operativo que busca continuamente maneras de aumentar las eficiencias termodinámicas y la productividad en la obtención de recursos, la producción y distribución de los bienes y servicios y el reciclaje de residuos.” “Las tres redes interoperables del IdC requieren una transformación de las funciones de cada empresa.”

Con solo reunir la poca información que he dado queda claro que las universidades deben cambiar y muchas ya han cambiado, pero para ese cambio había que crear las condiciones, cosa que ha tocado hacer en estos últimos cuatro años, todo al mando de nuestro Rector, quien juntó un grupo de personas que coincidíamos en visión y puso en ejecución diversos planes en las distintas sedes y centros académicos. En ese plan, a San Carlos se le dio la tarea de abrir dos opciones académicas más.

Por esto ahora, el desafío de esta década es convertir la Sede en el Campus Tecnológico del siglo XXI, el cual, junto con el Campus Tecnológico Central y todos los otros, deberán convertirse en una OCRED, integrada internamente como una red, pero además con múltiples universidades, empresas e instituciones del mundo. Eso permitirá producir un curruculum totalmente flexibles para lograr un ambiente de creatividad excepcional, de manera que nuestros estudiantes pronto puedan llevar cursos, por ejemplo con el Dr. Warner Orozco Obando, profesor de la Universidad de Nuevo México o el Dr. Emmanuel Fernandez de la Universidad de Cincinnati, o pueda extenderse la experiencia para que el aprendizaje-servicio sea integrado formalmente a los cursos y experiencias como TIC’as, liderada por la M.Sc. Kemly Camacho, muy conocida en la Sede y en San Carlos, no sean una excepción.

Soñar y hacer posible esos sueños es tarea de la universidad, por eso ya tenemos contactos con los Doctores Orozco y Fernández y con TIC’as, ya es una realidad de manera que ya hemos avanzado en la creación y consolidación de la OCRED, que pronto conoceremos como el Campus Tecnológico de San Carlos. Por eso también debemos articular otros esfuerzos de los compañeros que ya tienen interrelaciones efectivas desde el DOCINADE o Agronomía, desde las escuelas Nuevas EICS, ECNE y desde Computación, Producción y Electrónica.  

La Sede inició con Agronomía, el otro año ya ingresa la generación número 40 y hay treinta y cinco generaciones de Agrónomos graduados, luego siguieron abriéndose11112013(001) las carrera de Computación y Administración, seguidamente llegó la carrera de Gestión en Turismo y en este último lustro se abrieron las carreras de Producción Industrial y de Electrónica. Ninguna de estas carreras fue aprobada para darse en San Carlos por casualidad. Resulta que todas son base para crear el primer Cluster Tecnológico Académico de la Región Huetar Norte, cluster que deberá operar como una OCRED, con asociación con empresas locales, nacionales e internacionales, por eso se hizo el CTEC, y asociaciones con otras universidades como las logradas por el Doctorado en Ciencias Naturales para el Desarrollo, primer programa-red, pues es ofrecido conjuntamente por el TEC, la UNA y la UNED, pero donde participan también la UNAM-Leon, la Universidad de Chapingo y la UNAM.

El reto es aprovechar todos lo que hemos creado, programas docentes de alta calidad, prácticamente todos acreditados, programas de posgrado para impulsar la investigación, inversiones en infraestructura finalizadas o en ejecución, así como otras en proceso de definición, contactos universitarios a nivel internacional interesados en propiciar la creación de la OCRED, empresas locales deseosas para participar de la creación de las condiciones para el desarrollo y por tanto con el interés de crear la ciencia y tecnología necesaria, así como proyectos ya presentados a las autoridades para dar el gran salto cualitativo y organizar al Tec como un sistema de Campus Tecnológicos.

Avancemos con claridad por este rumbo!!!

Nota: Cuento primero que el Dr. Orozco se graduó de ingeniero agrómono en la Carrera de Agronomía del Tecnológico y ahora es especialista en Desarrollo Sostenible en la UNM. Mientras el Dr. Fernández se graduó de ingeniero eléctrico de la Universidad de Costa Rica y ahora dirige el laboratorio SIMTLab de la UC.