En la sección de personas que lucha contra el Covid-19 presentamos a un costarricense que vive fuera del País, para tener esa perspectiva también.
En el análisis del Covid-19 mostraremos una proyección con la posible ola de rebote de los casos de contagio de la enfermedad.
Mensajes de personas que luchan por todos
Tuve el privilegio de ser profesor en el Instituto Tecnológico de Costa Rica y de hacerlo en las instalaciones de esta universidad en Santa Clara de San Carlos. Ahí conocí cientos de personas que hoy son profesionales y muchos fueron mis estudiantes en cursos de estadística, bases de datos y otros, en dos carreras, Agronomía y Computación.
Siempre he considerado un honor mantener una relación cercana con muchos de mis exestudiantes y hoy presento a uno de ellos.
El Ing. Vernor Uva, como muchos de los muchachos que tuve a mi cargo cuando estaban en sus 20 años, me mostró su valía y capacidad de trabajo. Cosas de la vida lo han llevado a vivir varios años en Nueva Jersey y pasar esta mala hora de la humanidad en ese lugar, bajo reglas distintas a las que acostumbramos los costarricenses.
Conversamos un poco por medios electrónicos, sobre todo de la salud personal y de lo que ha visto en ese lugar, parte del epicentro de la pandemia mundial. Seguidamente su vídeo:
Gracias Vernor por tus consejos y por valorar cooperar con el esfuerzo que hago por medio de este blog. Mi más sincera admiración a Vernor y por medio de el a cientos de graduados del Tecnológico y principalmente a los de San Carlos.
Análisis sobre el Covid-19
En la figura 1 se están presentando las curvas de Costa Rica, Honduras y Panamá de número de infectados al día.

Honduras y Panamá tuvieron un repunte de casos y ambas curvas tienden a aumentar en forma significativa. Es difícil valorar, sin estar en esos dos Países, qué es lo que pasa, pero evidentemente causa alarma, pues Panamá ya tiene una presión bien complicada desde hace varias semanas. Además Honduras llega a un día record, con 46 casos nuevos e invierte su curva, lo que parece una nueva fase con contagios crecientes.
Por otro lado tengo que reconocer que la curva para Costa Ricas, presentada en la figura 1, no es la de mejor ajuste. Es parecida a esa, pero como se observa, la curva llega a cero y por tanto los brotes de Covid-19 se acaban el 27 de abril de 2020. Reitero, no es la de mejor ajuste, pero es la que todos deseamos que fuera, para así terminar tan difícil situación.
En el caso de Costa Rica, como dije, propongo en la figura 1 una curva que es como la ideal. Termina y ya no reinicia.
Por otro lado, luego de la conferencia de prensa del 27 de abril, el Presidente de la República y el Ministro de Salud nos dicen que tenemos oportunidad de empezar una muy leve apertura, pero que se hace con el entendido de que debemos manejar adecuadamente la nueva condición para no provocar otra ola de infecciones, porque la condición lograda es muy frágil, a pesar del costo social y económico que hemos tenido hasta el día de hoy. Ese costo ha sido un sacrificio gigantesco, pero ha salvado la vida de muchas personas que pudieron ser la del lector, la de un tío, un abuelo, la de un hijo, la de muchos.

La figura 2 muestra, para Costa Rica, la curva de mejor ajuste para los casos por día (en rojo) y corrige la que presenté en la figura 1. La idea de mejor ajuste es que la línea que se dibuja se acerca de la mejor forma a todos los puntos reales. Por eso es la de mejor ajuste, es la que mejor representa la sección que va desde el día 1 hasta el día 53. Luego del día 53 es una proyección que tiene solo una cierta probabilidad de ser correcta. Para este caso la probabilidad no es alta, pero tampoco es despreciable. Lo malo es que plantea un crecimiento que es como un rebote y esto es contra lo que todos debemos de luchar para que no se de.
Para muchos fenómenos, la estadística puede ser un instrumento muy acertado para predecir el comportamiento futuro, incluso para este caso podría serlo, pero al revés de los casos donde el fenómeno está sujete a causas que no pueden ser controladas, la infección del Covid-19 no es necesariamente así. Las causas de un despegue de las infecciones sí puede ser controlada, solo que esa acción depende de lo que hagan los individuos en forma particular y el grupo o población en general.
Es evidente que en forma individual podemos hacer poco para controlar que no se de una nueva hola de contagios, pero si usted, yo o cualquiera se descuida, sí podemos ser los disparadores, porque una sola persona puede hacer decenas de contagios, como ya sucedió.
Por eso esta es la fase más crítica, si logramos tener una muy fuerte disciplina individual, si manejamos con toda la prudencia del caso nuestras actividades, podríamos provocar que no se de lo que se observa en la figura 2, donde los casos por día vuelven a aumentar y los casos totales pasan de 697 al doble en solo 15 días. Si esto último nos pasara nos veríamos en un dos por tres como Singapur, ejemplo que nos ha dado reiteradamente el señor Ministro.
En Singapur tuvieron su primer caso el 23 de enero. Según se cuenta lo llevó un turista. Luego, 53 días después solo tenían 243 casos, menos de la mitad que nosotros en ese mismo día, que para nosotro fue 27 de abril. El 1º de abril, que fue el día 69 de ellos desde su primer caso de contagio, tenían 1000. El 27 de abril se reportaron 14 423 casos en total y tuvieron 936 casos nuevos en un solo día. Pasaron de un poco más de una decena de casos/día a casi mil casos/día.
Por supuesto, Singapur es un país muy rico y su sistema de salud les ha blindado ante lo que podría ser una tragedia. Ellos hasta a estas alturas solo reportan 12 fallecimiento.
Nosotros no tenemos esa fortaleza, más bien somos un país pobre y con un sistema médico bueno, pero no con las condiciones para soportar 1000 casos nuevos por día, porque no contamos con las camas de hospital necesarias para aguantar semejante caída y tampoco tenemos el personal sanitario para atender tal emergencia.
En otras palabras, nuestra situación es tal que estamos como en un barco que recibió un impacto de una bomba de nanorobots. Lo curioso de esa bomba es que no hizo un gran agujero en el casos, más bien hizo un agujero por cada uno de los tripulantes. Cada agujero es del tamaño de un dedo y justo del tamaño del dedo de cada uno. El barco tiene 5 millones de agujeros. El capitán entendió que si cada tripulante ponía su dedo en el respectivo agujero, el barco no se iba a pique. Cuando se les pidió todos los tripulantes corrieron a poner su dedo índice en su respectivo agujero. El barco se mantuvo a flote y eso dio un respiro a todos. Luego de un rato de análisis, el capitán valoró que podía poner los motores en movimiento y comenzar el viaje a un puerto. El capitán también calculó que si cinco o más tripulantes se cansan y quitan el dedo pueden empezar a hundirse y tendrían que parar las máquinas, inmovilizar el barco y esperar para ver si encuentran la forma de evitar hundirse.
Pues así es como estamos nosotros, todos pusimos el dedo para que el barco no se hundiera, el Ministro nos dice que podemos empezar a movernos, pero cualquier descuido de un pequeño grupo, echará por tierra todo el esfuerzo colectivo. Habría que volver a parar al País, igual que al barco y podría ser que hiciéramos agua perdiéndose todo lo invertido.
Nunca como antes hemos estado tan necesitados los unos de los otros. Nunca como antes han sido tan dramáticas las consecuencias de que unos pocos no cumplan su deber. Nunca como antes tenemos el deber de ayudarnos y hasta vigilarnos. Tenemos la oportunidad de empezar a respirar, no lo echemos a perder.

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