En esta entrada de hoy presento a una persona que tiene que seguir trabajando en medio del Covid-19. No solo los que podemos estar en casa luchamos contra la pandemia.
En el análisis del Covid-19 voy a colocar una carta del Ministro de Agricultura y hago algún comentario.
Mensajes de personas que luchan por todos
Las personas que luchamos contra el Covid-19 tenemos diferentes roles y algunos podemos practicar el distanciamiento físico quedándonos en casa y otros lo tenemos que hacer asumiendo el riesgo de seguir trabajando.
La comida y en general la producción agropecuaria es de la máxima importancia hoy, por eso presento al Ing. Yonder Araya, quien tiene que dirigir una empresa que se volvió todavía más estratégica de lo que era antes de la pandemia. El tiene bajo su responsabilidad un ingenio y el azúcar ya no es solo un asunto de importancia, es que el alcohol que se produce a partir de ese producto es vital para ejecutar las medidas sanitarias contra el Sars-cov-2 y sostenerlas en el tiempo y más porque esta emergencia, según se está diciendo, tomará de 18 a 24 meses más.
Por favor escuchen su mensaje:
Estimado Yonder, gracias por el esfuerzo de apoyarme con este blog, pero sobre todo por la labor tan importante que hacer, soportando esta doble carga, la de producir, que no es jugando y la de hacerlo protegiéndote, protegiendo a tus trabajadores y a tu familia.
Análisis sobre el Covid-19
Para hoy no voy a hacer publicaciones de estadísticas. En todo caso es de esperar que podamos seguir con pocos casos y que estos se sitúen entre 5 y 10 casos nuevos.

En la anterior entrada publiqué datos comparados de CR con USA y pudieron ver en la figura 1(a) que era alarmante nuestro inicio, que eso hizo que no nos confiáramos y que en cambio los datos de USA eran, por casi sus primeros 50 días, mucho menores que los nuestros, cosa que debe haber dado la idea de que se tenía todo bajo control. Las estadísticas son así. Si no se saben ver pueden llevar, por lo menos, a no tomar las mejores decisiones.
Pero como las estadísticas son así, no solo pueden llevar a tomar decisiones incorrectas al corto plazo, también lo pueden hacer en decisiones a largo plazo. Así, nosotros hoy nos sentimos orgullosos de las acciones tomadas a corto plazo para controlar el problema sanitario por el Covid-19. Además con las mismas estadísticas sabemos que estamos parados en un piso muy frágil, como si fuera cascaras de huevos. Sin embargo con otras estadísticas y desde hace 40 años, con intensión o sin ella, se convenció a la gente de este País que producir alimentos para el mercado interno era incorrecto, porque las estadísticas daban que los precios del arroz, del maíz, de los frijoles y hasta la leche, eran más bajos afuera y que si los importábamos se ganaría porque el consumidor tendría precios mejores. (No se dio esto último)
No voy a hacer mucha discusión de esas estadísticas, cada uno recordará esta trama como corresponda, pero lo cierto es que se descuidó un concepto que algunos tratamos de defender y casi solo silbidos se escucharon cuando lo hacíamos. Pero hoy que se materializa la amenaza, todos, incluso los acólitos de Eduardo Lizano, saltan para hablar de la necesaria seguridad alimentaria y todo bajo la clara y peligrosa amenaza del desabasto de alimentos que se puede estar dando en los meses futuros.
Por eso salto a difundir la carta del Ministro de Agricultura y la posición que expresa en esa nota, que fue colocada en la página de Facebook del Ministerio de Agricultura:

Tomado de la página de Facebook del Ministerio de Agricultura, el 2 de mayo de 2020.
De verdad, ¿están hablando en serio?
Durante los últimos 30 años, Costa Rica apostó por un modelo de apertura comercial, sobre el cual he expresado mi rotunda oposición porque privilegia el mercantilismo de los productos que día a día necesitamos en nuestra mesa. He insistido en que las condiciones negociadas en los tratados de libre comercio, exponen y condenan a la ruina a la agricultura nacional, es decir, a los agricultores y las agricultoras. He denunciado que los marcos jurídicos de defensa comercial imposibilitan la aplicación de instrumentos para una protección real de la producción nacional.
Las políticas agrícolas desarrolladas por los gobiernos desde 1990 al 2014 pusieron de rodillas a las personas productoras de Costa Rica; para verdades un dato, el crédito para el agro ha caído del 10% a menos del 3% del total del crédito que se otorga a nivel nacional.
Durante años, los gobiernos de turno han insistido en desmantelar el Consejo Nacional de Producción y la Fábrica Nacional de Licores, venderlas para que la empresa privada se deje los negocios que representan las ventas de alcohol y del Programa de Abastecimiento Institucional. Por años, el presupuesto del Ministerio de Agricultura y Ganadería y del Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria han venido a menos, afectando la investigación y los servicios de extensión que brindan ambas instituciones. De hecho, de los tres mil millones de fondos de inversión que tenía el MAG para los agricultores y agricultoras, hoy no se tiene un centavo para invertir de manera directa en proyectos del agro.
Los defensores de la apertura comercial han insistido en que es más barato importar y que nuestros productores deben dejar de producir. Esa es la razón por la que hoy solo producimos el 20% de los frijoles que consumimos y el 35% de la demanda de arroz.
Estas políticas desmantelaron el aparato productivo, los centros de acopio y los programas de promoción de la siembra de granos básicos. Y por eso, dejamos de producir maíz amarillo y hoy importamos las 700 mil toneladas métricas que se requieren para la producción pecuaria.
Y ahora se critica al Ministerio de Agricultura por la posible escasez que generará la crisis del COVID-19. Se critica al MAG, cuando precisamente hemos promovido la siembra de frijol, mejorando la semilla y repartiéndola entre los productores; estamos invirtiendo para rescatar la infraestructura de almacenamiento, con el propósito de poder conservar el grano; estamos proponiendo aumentar las áreas de siembra de arroz, buscando aumentar la productividad y la rentabilidad de estos sectores y de la agricultura en general.
Durante los dos años de este Gobierno, hemos luchado para garantizar los recursos financieros para la inversión en la reconversión tecnológica que requiere el agro; hemos dispuesto desarrollar los mercados regionales y las ventas virtuales, estamos trabajando para garantizar el acceso al agua para la agricultura.
Hoy, sorprendido, escucho las voces de quienes históricamente se han dedicado a despedazar el agro costarricense, reclamando que no tenemos suficientes granos básicos. ¿Hablan en serio?
Discurso obsceno y vulgar de mercaderes, quienes han defendido a ultranza la apertura comercial, los monopolios de algunos supermercados y las importaciones masivas, favoreciendo y enriqueciendo a unos pocos, a pesar de que los productores del país puedan abastecer el mercado. Pena y vergüenza debería de darles ahora atribuirse las soluciones para que no falte la comida en tiempos de la pandemia.
Podemos decirles a los costarricenses, y a esos también, que los agricultores y las agricultoras han sido y serán sobrevivientes de estas políticas nefastas y que, desde el Ministerio que dirijo, les garantizo que seguiremos produciendo y que no dejaremos un segundo de luchar por nuestra forma de vida y por alimentar a Costa Rica.
Renato Alvarado Rivera
Ministro de Agricultura y Ganadería
No es tarde para cambiar estas medidas, pero ya no es justo a tiempo. De hecho ahora que vemos cómo se están derrumbando los mercados de exportación e importación todos vuelven a ver los mercados internos, iniciando por el turísticos, donde efectivamente no es consustancial el mercado internos, pero de algo hay que echar mano para por lo menos sostenerlo y no creo, aunque es lo que se dice, reactivarlo. Pero no es solo un asunto de mercado, es que la alimentación es imprescindible, es de vital importancia, solo la salud está primero, como decían nuestros mayores. Lo segundo es la alimentación y en esto, la tragedia del Covid-19 nos agarra sin confesarnos.
Creo que es meritorio tratar de abrir todo el aparato económico y que se recupere, pero cuando he oído hablar de propuestas de reactivar un sector y otro, y todas las propuestas echando mano de los fondos de Banca para el Desarrollo, me queda claro que están pensando en ellos y no en la NACIÓN, en las almas que suman más de 5 millones, pues pocos se plantean la pregunta sobre cuál es o cuáles son los sectores más estratégicos. Yo concluyo que Salud nadie lo puede excluir y por eso digo que los gritos de salvar la CCSS no eran solo politiquería. Pero ahora hay que respirar hondo y pedir a los especialistas más honestos que revisen si tenemos posibilidad de mantenernos alimentados con lo que producimos y con lo que tenemos que comprar, a pesar de que lo podíamos estar produciendo. Si la respuesta es no, como parece por los vientos que corren por estos valles y montañas, tenemos que correr y poner todos los mecanismos que sobreviven a la política de abandono del Agro y más, para volver a tener suficiente producción, como para no sufrir un desabasto de alimentos, que echaría por tierra todo el sacrificio que hemos hecho hasta yo y todo el que tenemos que seguir haciendo.
Termino poniendo el acceso a una serie de preguntas que se le hace a la FAO sobre la seguridad alimentaria y el Covid-19: Dar click sobre esta línea.

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